DIA 11 - NARA

Que tal todo por ahí? Esperamos que todo muy bien y el verano y vuestras vacaciones, viajes, escapadas y demás esté yendo de fábula.

Nosotros hoy hemos ido de excursión en tren a Nara!

Nara está a una hora en tren al sur de Kioto. Es un destino muy turístico debido a la cantidad de templos antiguos, la mayoría de ellos Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Además dos elementos fundamentales del atractivo de Nara son su gran Buda y los ciervos, que quedan representados en esta mascota-emblema de la ciudad.

Nara nos ha encantado! Mucho, muchísimo. Hemos pasado un día muy agradable y muy completo. Ha empezado torcido porque hemos llegado a la estación de Nara con una lluvia torrencial, así que hemos decidido hacer un poco de tiempo en las tiendas de la estación y hemos encontrado un todo a 100 Yenes, pero de calidad, y nos hemos pasado un buen rato rebuscando y comprando chuminadas. Total, que al salir ya había parado de llover y hemos podido empezar a explorar Nara, ahora ya con sol y mucho bochorno. No se puede tener todo maja.

Lo primero que nos encontramos al empezar el recorrido de templos son los ciervos y cervatillos. Y nos   hemos enamorado. La verdad no hemos seguido mucho las precauciones...

Al principio te piensas que hay unos 10 o 20... luego te das cuenta que hay cientos repartidos por todo el perímetro de parque, por cierto grandísimo. Pues para los ciervos que nos fuimos y como no, los hemos estado acariciando y fotografiando...  una y otra vez... una y otra vez... en busca de la toma perfecta...

No sabemos cuantas fotos habremos llegado a hacer, pero realmente ha sido divertido. Los ciervos son muy mansos y están muy acostumbrados a los turistas y se dejan sobar y carantoñera, como si fueramos de la familia.

Y como han sido tan buenos les teníamos que dar algo a cambio. Se pueden comprar unas galletitas especiales para ellos que valen tan solo 1.50 Yenes (poco más de un euro). La cosa es que cuando los ciervos ven que te acercas al kiosco y las huelen en tus manos, se lanzan a por ellas como locos. Hemos vivido muchos momentos divertidos, propios y ajenos de ciervos persiguiendo, mordiendo, estirando de la ropa, cabezando y todo por sus merecidas galletonas.

En fin, al final hemos tenido que ir dejando a los ciervos un poco porque sinó se nos iba el dia en alimentar antílopes y tampoco era plan. Total luego te los ibas encontrando a casa paso y al final sinceramente ya nos les echabas ni cuenta jaja

Hemos ido paseando y viendo templos super bonitos y cuidados, págodas...

Luegos nos hemos dirigido a uno de los templos principales, donde se encuentra el Gran Buda, la figura de un buda más grande de todo Japón. El templo en cuestión se llama Todai-ji y nos ha impresionado por su tamaño. Tanto en este como en varios puntos turísticos de Japón nos hemos ido encontrado servicios de guías gratuitos. Sin ni siquiera pedirlo, una mujer guía oficial se nos ha ofrecido a darnos una pequeña explicación y nosotros encantados. La verdad que así lo hemos entendido mejor, el porqué de la estructura del tejado, como construyeron el Buda, las veces que se ha incendiado...

Luego ha habido una cosa muy divertida que es que hemos visto una columna de madera y había gente mirándosela e intentando meterse. El hueco no era precisamente grande por lo que lo han intentado sin éxito alguno. Hemos ido deduciendo por el desgaste de la madera y por lo que íbamos escuchando que si pasabas por dentro del agujero te daría buena suerte. Claro está, nosotros le hemos añadido a eso el número 100 delante, así que si pasábamos serían 100 años de buena suerte y como no, lo teníamos que intentar. Y como niños chicos nos hemos ido metiendo uno a uno, con más o menos facilidad y con más o menos decisión por el hueco de la columna. A lo que hemos atraído a muchos curiosos hasta crear corrillo, porque al parecer es algo más típico de los cuerpos menudos de los niños chicos.

En medio del camino hemos hecho una paradita en una oficina de turismo del complejo y Carlos y Kike han probado un simulador de terremotos, en diferentes grados. Ha sido muy curioso ya que se explicaban las técnicas de edificación en Japón para hacer frente a este tipo de situaciones y cómo de esta manera (con una serie de amortiguadores en los cimientos) se consigue que el movimiento de los edificios sea mínimo.

El sol apretaba mucho y nos hemos ido a comer. Hemos comido rico pero aún nos ha quedado hueco para un dulce típico de la zona, los llamados puddings (que para nosotros serían como flanes). Hemos visto que nos salía más a cuenta el grande que comprar 4 pequeños y eso mismo hemos hecho, armados con 4 cucharones hemos devorado el flan, a pesar de esperar que fuera un sabor menos familiar que el flan de toda la vida al que estamos acostumbrados...

Luego aún nos han quedado algo de fuerzas para seguir el recorrido cuesta arriba y llegar a uno de los santuarios más importantes de la región, el de Kasuga Taisha. Se caraceriza por las cientos de lámparas de bronce colgantes de su templo principal. 

Es un conjunto de edificios sagrados precioso, ubicado en medio de un bosque denso decorado con más de 3000 lámparas de piedra cubiertas de musgo que le dan un aire de paz y misterio. Caminamos tranquilamente escuchando sólo el sonido de pájaros e insectos y nos empapamos del ambiente de espiritualidad que se respiraba en el ambiente.

Derrotados por un día tan largo hemos vuelto hacia el hostal en el tren con estas pintas. Y no son fotos posadas, son reales. Cada uno que saque sus propias conclusiones...

Bromas a parte, hemos vuelto al hostal cansados, eso si, pero contentos de lo mucho que nos ha gustado Nara y cómo nos alegramos de haber ido y de haber tenido ese solazo todo el día, aunque Chalsito se ha quemado un poco los hombros y a Kike tanto sol lo ha dejado un poco flojico.

Hemos vuelto para el hostal a cenar, descansar y mañana será otro día. Lo dedicaremos de nuevo a Kioto que nos han faltado muchas cosas por ver y seguramente haremos otro recorrido en bici.

Y como siempre haciendo propaganda del blog allá por donde vamos. El otro día dejamos un mensaje en un libro de visitas de el hostal de Takayama, con la dirección del blog y una chica muy maja española nos escribió un comentario en una de las entradas y al parecer hacemos una ruta similar, a ver si nos encontramos!

Aquí os dejamos con una foto del gato de la suerte JAPONÉS, no chino. Porque muchos nos pensábamos que el lindo gatito que mueve el brazo arriba y abajo de las tiendas chinas era. Son los Maneki Neko (Neko es gato en Japonés). Pues eso, que tengáis un buen día y muuuuucha suerte!